miércoles, 26 de marzo de 2025
LVTP-7 en Rio Grande
martes, 11 de marzo de 2025
Grupo de Artilleria Blindado 11
La creación de la unidad más austral del arma, el GRUPO DE ARTILLERÍA BLINDADO 11, data del 29 de noviembre de 1979.
El Grupo de Artillería se constituyó inicialmente como núcleo en la localidad de COMANDANTE LUIS PIEDRA BUENA, el 23 de febrero de 1980, dependiendo orgánicamente de la XIra BRIGADA MECANIZADA, siendo nombrado su primer Jefe el Mayor HÉCTOR OBEID, por Boletín Reservado Nro. 4850 y puesto en el cargo el 14 de enero de 1980 por el Comandante de la XIra Brigada Mecanizada, Grl Américo G. Herrera, en la ciudad de Río Gallegos.
El 20 de junio de 1981 fueron inaugurados sus cuarteles, junto con el actual BATALLÓN DE INGENIEROS 11.
Durante el Conflicto del Atlántico Sur la unidad realizó diversas actividades, entre las cuales se destacó el cumplimiento de misiones de Seguridad Estratégica Operacional, ocupando posiciones en PUERTO SAN JULIÁN y GÚER AIKE, replegándose a su asiento de paz una vez finalizado el conflicto.
El 20 de diciembre del mismo año cambió su denominación por la de GRUPO DE ARTILLERÍA 11, siendo su principal material de dotación, el cañón remolcado calibre 155 milímetros SCHNEIDER.
En 1984 modernizó su equipamiento con 18 cañones remolcados calibre 155 milímetros SOFMA Modelo Argentino, incrementando así su alcance y poder de fuego.
En 1997, con la llegada de los primeros Vehículos de Combate de Artillería Calibre 155 milímetros PALMARIA de fabricación nacional, comienza su transformación a unidad blindada, cambiando su denominación por la de GRUPO DE ARTILLERÍA BLINDADO 11 el 16 de mayo, incrementando su capacidad de maniobra, movilidad y potencia de fuego.
El 20 de noviembre de 2007 el Ejército Argentino impuso a la unidad el nombre histórico de Coronel JUAN BAUTISTA THORNE, en homenaje a quien explorara la PATAGONIA AUSTRAL y participara, entre otras acciones, en la CAMPAÑA DEL DESIERTO, en el combate de la VUELTA DE OBLIGADO y la defensa de la Isla MARTÍN GARCIA.
El GRUPO DE ARTILLERÍA BLINDADO 11, la unidad más austral, más joven y más moderna de la Artillería, continúa ejecutando sus actividades en cumplimiento de las misiones impuestas, desarrollando y acrecentando un inigualable espíritu de cuerpo que lo caracteriza, y poniendo de manifiesto su profesionalismo en su preparación para la guerra, en el apoyo brindado a la comunidad y en la participación de su personal en Misiones de Paz.
jueves, 6 de marzo de 2025
Malvinas Antecedentes Historicos
Las Islas Malvinas formaron parte del área bajo jurisdicción de España desde la entrada en vigor de los primeros instrumentos internacionales que delimitaron el "Nuevo Mundo" poco después del descubrimiento de 1492. Las Bulas Pontificias y el Tratado de Tordesillas de 1494 constituyen los primeros instrumentos que receptan títulos de España de acuerdo con el derecho internacional de la época.
Desde principios del siglo XVI y durante la mayor parte del mismo, sólo navegantes al servicio de España transitaron las rutas marítimas a lo largo de la costa sudamericana, avanzando hacia el sur en busca del paso interoceánico. En este avance se produjo el descubrimiento de las Islas Malvinas por integrantes de la expedición de Magallanes en el año 1520. A partir de ese momento fueron registradas en la cartografía europea con diversos nombres y quedaron dentro de los espacios bajo control efectivo de las autoridades españolas.
En el curso del siglo XVII las Islas Malvinas fueron avistadas por navegantes de otras naciones que se aventuraban en los dominios españoles a riesgo de la reacción y las protestas que España efectuaba cuando tenía noticias de tales expediciones. Pero toda la región austral de América, con sus costas, mares e islas, quedó indiscutiblemente preservada bajo la soberanía española a través de los diversos tratados suscriptos en este período, como el Tratado "Americano" de 1670, entre España e Inglaterra.
La Paz de Utrecht, firmada en 1713, aseguró la integridad de las posesiones de España en América del Sur y confirmó su exclusividad de navegación en el Atlántico Sur. Inglaterra aceptó dichas cláusulas como signataria de los acuerdos de Utrecht y de tratados posteriores del siglo XVIII que lo ratificaban. No obstante, hacia mediados de ese siglo, las Islas Malvinas comenzaron a ser objeto del interés de Gran Bretaña y Francia, que aspiraban a contar con un establecimiento estratégicamente ubicado frente al estrecho de Magallanes.
En 1749, España tomó conocimiento de un proyecto británico para establecerse en las Islas Malvinas y protestó firmemente ante el gobierno del Reino Unido, que, en consecuencia, desistió de llevarlo a cabo. Más adelante, cuando en 1764 Francia formó el establecimiento de "Port Louis" en la Isla Soledad, España se opuso y obtuvo el reconocimiento de Francia de su derecho a las islas. El gobierno francés ordenó la evacuación y entrega del establecimiento a las autoridades españolas. Esta entrega se concretó en 1767 y desde entonces hubo en las Malvinas un gobernador español residente en ellas, dependiente de Buenos Aires.
Al año siguiente de la instalación francesa, una expedición británica llegó clandestinamente al archipiélago y, como seguimiento de ella, en 1766 marinos ingleses levantaron un fuerte en un lugar que llamaron "Port Egmont", en una isla situada al oeste de la Gran Malvina. Pese al secreto con que el gobierno del Reino Unido llevó esto a cabo, España tuvo conocimiento de ello y protestó insistentemente, exponiendo sus derechos.
Como no obtuvo una respuesta aceptable, buscó el establecimiento intruso y cuando dio con él, en 1770, expulsó por la fuerza a sus ocupantes. Con motivo de esta acción se estuvo a punto de ir a la guerra, la cual fue evitada con un acuerdo bilateral firmado en 1771. Este acuerdo constaba de una Declaración por la que España restituía a los británicos "Port Egmont" para salvar el honor del Rey británico, haciendo reserva expresa de su soberanía sobre la totalidad de las Islas Malvinas, y una Aceptación de la Declaración en la que Gran Bretaña guardaba silencio acerca de la reserva de derechos española. Como parte del acuerdo se convino verbalmente que los ingleses se retirarían de "Port Egmont" posteriormente, lo cual ocurrió en 1774. Desde entonces las autoridades españolas con asiento en Puerto Soledad continuaron ejerciendo su jurisdicción y control sobre la totalidad del archipiélago.
En 1790, con la firma del tratado de San Lorenzo de El Escorial, Gran Bretaña se comprometió a no formar ningún establecimiento en las costas tanto orientales como occidentales de América Meridional ni en las islas adyacentes ya ocupadas por España, cual era el caso de las Malvinas.
Las Provincias Unidas heredan la soberanía española sobre las islas Malvinas.
La sucesión de gobernadores españoles en las Islas Malvinas, que llegaron a un total de treinta y dos, fue continua hasta el año 1811, en que la guarnición de Puerto Soledad fue requerida desde Montevideo para la defensa de la monarquía con motivo de la recién desatada Guerra de la Independencia. En el marco de este conflicto, los primeros gobiernos patrios de las Provincias Unidas tuvieron en cuenta en diversos actos administrativos a las Malvinas, a las que consideraron parte integrante de su territorio, heredado de España por sucesión de Estados según el uti possidetis juris de 1810.
En 1820, a pesar de las luchas internas que enfrentaba el Estado argentino, el Coronel de la Marina argentina David Jewett tomó posesión de su cargo en las Islas Malvinas en nombre de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Ello fue efectuado en un acto público en Puerto Soledad al que asistieron loberos y balleneros de varias nacionalidades, entre ellos estadounidenses y británicos, que recalaban en las islas en el desarrollo de sus faenas. La noticia fue publicada en medios de los Estados Unidos y del Reino Unido, sin que recibiera comentario oficial alguno en esos países. Tampoco manifestó Gran Bretaña pretensión alguna a las Islas Malvinas en el proceso de reconocimiento del Estado argentino, que culminó con la firma del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación de 1825.
Durante la década de 1820 los gobiernos argentinos realizaron diversos actos demostrativos de su soberanía sobre las Islas Malvinas, incluyendo la designación de gobernadores, la legislación sobre recursos pesqueros y el otorgamiento de concesiones territoriales. En este marco se fue desarrollando Puerto Soledad, cuyos habitantes se ocupaban de la cría de ganado, la caza de lobos marinos y la prestación de servicios a los buques que tocaban puerto.
El 10 de junio de 1829 el gobierno argentino promulgó un decreto creando la Comandancia Política y Militar de las Malvinas. Después de haber mantenido silencio por más de medio siglo en el curso del cual se habían sucedido sin oposición administraciones españolas y argentinas en las islas Malvinas, en noviembre de 1829 el Reino Unido protestó dicho decreto, en el marco de un renacimiento de su interés estratégico en el Atlántico Sur.
A fines de 1831 un buque de guerra de los Estados Unidos arrasó Puerto Soledad en represalia por la captura de buques loberos de esa nacionalidad que habían sido hallados en infracción a la legislación de pesca por las autoridades argentinas. El gobierno argentino inició de inmediato las gestiones para obtener reparación de los Estados Unidos y a la vez envió una goleta de la Armada para restablecer el orden en las islas, que había sido quebrado por la irrupción de la nave estadounidense.
Fuerzas británicas expulsan por la fuerza a las autoridades argentinas de las islas.
Cuando el orden en Puerto Soledad había sido restaurado, el 3 de enero de 1833 se presentó una corbeta de la Marina Real británica que, apoyada por otro buque de guerra que se encontraba en las cercanías, amenazó con el uso de fuerza superior y exigió la rendición y entrega de la plaza. Tras la expulsión de las autoridades argentinas, el comandante de la nave británica dejó a uno de los pobladores de Puerto Soledad a cargo del pabellón y zarpó de regreso a su base. En 1834 el gobierno inglés asignaría a un oficial de la Armada para que permaneciera en las islas y recién en 1841 tomaría la decisión de "colonizar" las Malvinas, nombrando un "gobernador".
El acto de fuerza de 1833, llevado a cabo en tiempo de paz, sin que mediara comunicación ni declaración previa alguna de parte de un gobierno amigo de la República Argentina, fue inmediatamente rechazado y protestado. El 16 de enero de 1833, al llegar a Buenos Aires las primeras noticias de lo ocurrido en las Islas Malvinas, el gobierno argentino pidió explicaciones al Encargado de Negocios británico, que no estaba al tanto de la acción de los buques de su país.
El 22 de enero, el Ministro de Relaciones Exteriores presentó una protesta ante el funcionario británico, que fue renovada y ampliada en reiteradas oportunidades por el representante argentino en Londres. Las presentaciones argentinas tropezaron con respuestas negativas de parte del gobierno del Reino Unido.
La cuestión quedó pendiente y así lo reconoció el Secretario de Asuntos Extranjeros británico en 1849. Por el lado argentino continuó planteándose a distintos niveles del gobierno y fue objeto de debates en el Congreso de la Nación. En 1884, ante la falta de respuesta a las protestas, la Argentina propuso llevar el tema a un arbitraje internacional, lo cual también fue rechazado sin dar razones por el Reino Unido.
Durante la primera mitad del siglo XX, los sucesivos gobiernos argentinos fueron generalizando la práctica de presentar protestas ante el Reino Unido y realizar las presentaciones y reservas ante los organismos multilaterales correspondientes, cada vez que tenían conocimiento de actos unilaterales británicos por los que se desconocía la soberanía argentina. Fue en este período, además, cuando tuvo lugar una ampliación de la controversia a otros territorios insulares del Atlántico Sur y antárticos, sobre los que la Argentina, el Reino Unido y en algunos casos terceros países comenzaban a desarrollar distintas actividades.
Gran Bretaña expande su ocupación ilegal.
En 1908, Gran Bretaña anexó dichos territorios (las Islas Georgias del Sur, Orcadas del Sur, Shetland del Sur y Sandwich del Sur, así como el territorio antártico denominado por los británicos Tierra de Graham) como "dependencias de la colonia" de las Islas Malvinas. En distintas oportunidades, la Argentina extendió sus protestas a tales territorios. Con la entrada en vigor del Tratado Antártico en 1960, la controversia de soberanía sobre las Orcadas del Sur, las Shetland del Sur y la parte pertinente del territorio antártico quedó cubierta bajo el artículo cuarto de dicho tratado. Los otros territorios, es decir las Georgias del Sur y las Sandwich del Sur, continúan hasta el presente conformando junto a las Malvinas el espacio geográfico de la disputa de soberanía con el Reino Unido conocida como la "Cuestión de las Islas Malvinas".
Fuente y agrdecimiento: Ministerio de Relaciones Exteriores de Argentina.
viernes, 14 de febrero de 2025
Recordatorio en Quetrequen
martes, 10 de diciembre de 2024
lunes, 25 de noviembre de 2024
La campaña de Rosas
Si bien se habían tomado resoluciones con anterioridad a 1833 para combatir al malón, ninguna había sido de importancia estratégica y a gran escala territorial como la de Juan M. de Rosas.
Rosas, terrateniente y hacendado, comprendía mejor que nadie la amenaza que representaba el malón tanto para la seguridad de los pobladores como para el ejercicio de las actividades ganaderas. Rosas, luego de renunciar al nuevo mandato que se le había adjudicado en 1832, toma cartas en el asunto del indio y propone una ofensiva a gran escala a lo ancho de todo el país y la ocupación permanente del territorio por medio de poblaciones-cuarteles. Es pues ésta la primera estrategia ofensiva que se toma respecto al asedio de los indios y con el fin de asegurar la frontera de los territorios nacionales. Así, en marzo de 1833 parten tres columnas militares:
1ª) Al mando del Gral. Aldao desde el Fuerte de San Carlos, en la provincia de Mendoza y otra columna desde San Juan. Avanzaría por el Oeste de Norte a Sur hasta el río Limay. Toma conocimiento de las maniobras que había planeado el cacique Yanquetruz (quien había sido derrotado por Huidobro) para malonear en Río Cuarto, a quién derrota Aldao definitivamente tomándolo por sorpresa. A pesar del triunfo, Aldao queda incomunicado enterándose con posterioridad del regreso de Huidobro y encontrándose en una situación similar a la de éste decide regresar.
2ª) Por el centro, la segunda columna al mando del Gral. Huidobro partió desde la provincia de San Luis, quien debería batir al cacique Yanquetruz para luego encontrarse en el río Colorado con la columna al mando de Juan M. de Rosas y juntos someter al cacique Chocorí. Vence a Yanquetruz quien alcanza a huir hacia el sudoeste. Huidobro toma la resolución de darle alcance y presionarlo contra la columna de Aldao, pero luego sus tropas quedan desabastecidas, impidiéndole ésto proseguir la marcha y debiendo tener que regresar.
3ª) Por el este avanzó la tercera columna al mando de Juan M. de Rosas; es la única que por su preparación logró su cometido. Rosas era un conocedor de los hábitos del indio, parte con una columna de 2000 soldados y 600 indios aliados desde San Miguel del Monte en marzo de 1833 y establece un cuartel general en Médano Redondo desde donde salieron diversas partidas de soldados hacia el sur y el oeste. Su columna llegó, sable mediante, hasta Choele Choel, de ahí a la confluencia de los ríos Neuquén y Limay y remontaron el río Colorado hasta sus nacientes. Rosas manda a una división al mando del Gral. Pacheco, ilustre militar, quien derrota al indio Chocorí. Luego sabiendo del regreso de Huidobro y Aldao, Rosas decide regresar a Buenos Aires, dejando una guarnición en Choele Choel y otra en Napostá.
En 1835 llegan a las Salinas Grandes los indios chilenos dirigidos por Cafulcurá, quien habiendo sometido a los borogas, manda un embajador a Buenos Aires ante Juan M. de Rosas, quien todavía no había asumido su segundo gobierno, para arreglar la paz; paz que a Buenos Aires le costaría 1500 yeguas, 500 vacas, alcoholes, ropas, yerba, azúcar y tabaco que serían directamente entregados a Cafulcurá convirtiéndolo en un “burgués hacendado” y caudillo de las tolderías, y ejercería un “democrático” reinado de 38 años (hasta 1872), “como casi todos los políticos geniales, es tan astuto y audaz como carente de escrúpulos”.
La campaña de Rosas logra parcialmente sus objetivos debido a los contratiempos que sufrieron Aldao y Huidobro y su consecuente regreso, lo que comprometió la operación de Rosas, quien debió hacerse cargo con su columna. Como resultado se aseguró la frontera de Buenos Aires principalmente, se anexaron nuevos territorios al país y se detuvieron por un período prolongado los malones en la provincia de Buenos Aires. Esto aumentó el prestigio político de Rosas y su aprobación entre los hacendados a quienes les aseguró el ejercicio de sus actividades económicas, medida también conveniente para el propio Rosas, puesto que tenía intereses comerciales similares. Se rescataron alrededor de 1000 cautivos, fueron muertos 2000 indios en combate y se tomaron 1200 indios prisioneros. Desgraciadamente esta operación no rindió sus frutos para el resto de la frontera puesto que la venganza salvaje no se hizo esperar, fueron atacadas las provincias de Mendoza, San Luis y Córdoba al poco tiempo de terminada la campaña en 1834.
Fuente y agradecimiento: Kevin Keegan – Fundación LIBRE. (fragmento).
sábado, 9 de noviembre de 2024
Sherman "repotenciado" en Gualeguaychu
miércoles, 6 de noviembre de 2024
Sherman repotenciado en Gualeguaychu
sábado, 2 de noviembre de 2024
TAM 2C
miércoles, 23 de octubre de 2024
Mowag en Puerto Belgrano
martes, 1 de octubre de 2024
Sherman en Navarro
Sherman BAL Salta
Museo Historico del Ejercito
Sherman en Salta (I)
Sherman Mar del Plata
Sherman CMN
Fotografias: Alejandro B.