jueves, 5 de septiembre de 2024

Sherman en Monte Caseros

Sherman M4 Repotenciado, ubicado como elemento para la instruccion. Campo de Instruccion "Grl Avalos". Monte Caseros, Corrientes.
Fotografia gentileza Guillermo Enrique Sentis.

 

miércoles, 24 de julio de 2024

Regimiento de Caballeria de Tanques 13

Creado el 19 de junio de 1826 por Bernardino Rivadavia como Regimiento de Caballeria de Linea. Su primer asiento fue Gualeguay (ER). Integro el campamento de Arroyo Grande.
Se traslado a San Luis en 1940.
En 1945 se traslada a La Pampa, se disuelve en 1964.
El 29 de mayo de 1992, se reactiva en Gral Pico, La Pampa.



 

viernes, 21 de junio de 2024

Combate de Sierra Chica (1855)

Después de la Batalla de Caseros Buenos Aires debía enfrentar un problema que el Brigadier Gral. Juan Manuel de Rosas, por su habilidad política, no había tenido. “La política de Rosas con los indios, dice José María Rosas, tuvo tres bases: tomarles el camino de los chilenos y mantener guarniciones en el Colorado y Río Negro; cumplir con las prestaciones anuales de alimentos y vicios y unificar a los indios haciendo responsables de sus glútenes de más prestigio: Calfucurá y Payné.

Al caer Rosas, el camino fue abandonado, levantados los fortines de Negro y Colorado y no cumplidas las prestaciones. El aparato de los blancos que Rosas había construido para defensa de los blancos se volvió contra ellos y Calfucurá, en parte por codicia, al ver abierto el mercado chileno de carne robada, en parte porque le era necesario mantener su imperio, y en parte porque no tuvo otro medio para alimentar a los suyos, se lanzó en grandes malones de borogas, pampas y ranqueles confederados. En 1854 arrasa Tres Arroyos y el malón llega hasta Bahía Blanca; al año siguiente eran desvastadas las estancias de la zona del Bragado y de 25 de Mayo”.

“Juan Manuel es mi amigo. Nunca me ha engañado. Yo y todos mis indios moriremos por él. Si no hubiera sido por Juan Manuel no viviríamos como vivimos en fraternidad con los cristianos y entre ellos. Mientras viva Juan Manuel todos seremos felices y pasaremos una vida tranquila al lado de nuestras esposas e hijos. Todos los que están aquí pueden atestiguar que lo que Juan Manuel nos ha dicho y aconsejado ha salido bien…” Discurso del cacique pampa Catriel en Tapalqué celebrando la llegada de Rosas al poder en su segundo gobierno. Extraído del libro “Partes detallados de la expedición al desierto de Juan Manuel de Rosas en 1833. Recopilado por Adolfo Garretón. Edit. EUDEBA. Bs. As. 1975.

“Nuestro hermano Juan Manuel indio rubio y gigante que vino al desierto pasando a nado el Samborombón y el Salado y que jineteaba y boleaba como los indios y se loncoteaba con los indios y que nos regaló vacas, yeguas, caña y prendas de plata, mientras él fue Cacique General nunca los indios malones invadimos, por la amistad que teníamos por Juan Manuel. Y cuando los cristianos lo echaron y lo desterraron, invadimos todos juntos”. Expresiones del Cacique Catriel, extraídas del libro “Roca y Tejedor” de Julio A. Costa.

Hasta 1852, Rosas había mantenido a los indios en paz relativa, y la frontera sur se había alejado, dejando que las estancias prosperaran sin susto.  Pero cuando cesó esa política de astucia, dádivas y concesiones, los indios –al caer Rosas- volvieron a alzarse y la paz fronteriza retrocedió hasta donde se encontraba en 1823, cuando fundaran Tandil.



Comienzo de las hostilidades

Los pobladores sabían: el indio ataca cuando hay Luna Llena.  Y esa noche del 13 de febrero de 1855, parecía que el atardecer se había prendado de la belleza de la pampa, y con la Luna alta, uno hubiera creído que no había anochecido aún.

El centinela del Fuerte de San Serapio Mártir, del Azul, cabeceaba.  Los ranchitos del pueblo dormían profundamente de las fatigas de una jornada agotadora de Sol.  De pronto, sin saber de donde, la tierra se rajó en un grito bárbaro.  La pampa se incendió de chuzas, de hedores insoportables y de sangre; y el tropel entero de la pampa cayó sobre el pueblito.  Era el malón.

Cuando el general Manuel Hornos llegó al lugar, los indios habían capturado 60 mil vacunos, y 150 familias marchaban camino del cautiverio.  Los ranchos ardían y todo lo demás estaba destruido.  Hornos logró hacerlos retirar, pero se hicieron fuertes en Sierra Chica. Desde allí, comenzaron a salir partidas volantes de indios a los campos del Tandil y la Lobería.  El terror cundió en el sur.  El éxodo campesino se fue haciendo cada vez más presuroso.  Al promediar el año, no quedaría nadie en aquellas poblaciones.  La mayoría buscaría refugio en Dolores.

Después de la revolución separatista del 11 de setiembre de 1852, Buenos Aires quedó librada a su suerte por propia voluntad.  Calfucurá y Urquiza negociaron un pacto.  El cacique se empeñó en una lucha sin cuartel con la retaguardia porteña ubicada en las pampas bonaerenses.  Urquiza lo dejaba hacer porque de ese modo se debilitaban las posiciones de la arrogante Buenos Aires.  Y los porteños enloquecían soportando presiones por todos lados: indios, confederados, conspiradores…

La sangrienta entrada de Calfucurá a los campos del Azul en aquella trágica noche de febrero de 1855 era el testimonio de lo temible que resultaba el desguarnecimiento de las fronteras pampeanas.  ¿Hasta dónde llegarían los indios con sus staques? ¿Y si se le daba a Urquiza por apoyarlos con sus tropas, o ensayar un ataque combinado?

El alarido pampa llegó a Buenos Aires y conmovió a la Legislatura.  El escándalo estuvo en la boca de todos los parlamentarios.  La sangre de los mártires azuleños goteaba patéticamente por la voz engolada de los oradores. Bartolomé Mitre, coronel y ministro de la Guerra, prometió solemnemente escarmentar a los infieles: su metáfora fue muy directa, recuperaría –dijo- “hasta la última cola de vaca” de la provincia. Con sus encendidas palabras vibrando aún en el recinto de la Legislatura, Mitre partió para combatir a los indígenas.


Combate de Sierra Chica

Mitre salió de Buenos Aires el 27 de mayo de 1855.  Hizo una marcha de flanco juzgada como perfecta por los analistas.  Llegó a la Sierra Grande Tapalqué el día 28, donde se ocultó con la intención de sorprender al enemigo, que suponía ubicado a unos 20 kilómetros de distancia.

Cuando llegó la noche del 29 siguió avanzando creyendo que caería sobre el enemigo al amanecer, pero cuando aclaró el día 30, golpeó en el vacío: sus vaqueanos habían errado el cálculo.  Las tolderías estaban más lejos. Esta maniobra previno a los indios.  Los de Catriel se sumaron a los de Cachua, que fueron concentrándose a orillas del Arroyo Sauce.

La lectura del propio parte de Mitre revela que la conducción flaqueaba, que la indisciplina era corriente, y que un triunfo podía trocarse en derrota, tan pronto como se descuidasen los comandos.

Mitre mandó a dos escuadrones de Coraceros desplegarse en línea oblicua.  Pero las milicias, sin habérselo ordenado, hicieron lo mismo.  La Infantería quedó, entonces, a retaguardia.  El terreno era inadecuado para la maniobra.  Mitre cambió el plan y ordenó entonces el ataque sobre las tolderías, para arrebatarles cerca de un millar de caballos.

Indios amigos cargaron, pero la confusión que reinaba en la tropa prometió un triunfo demasiado fácil.  La caballada indígena fue capturada, pero el desplazamiento indisciplinado de otros grupos desorganizó el cuadro de milicias.  En esta confusión, las compañías de la vanguardia cristiana penetraron profundamente en el terreno enemigo.  Los indios huían despavoridos.  Los soldados entonces entraron a saquear los toldos , desoyendo los urgentes llamados del Trompa de Ordenes, que convocaba a reunión.

En los continuos y confusos desplazamientos de las tropas, 60 soldados vinieron a quedar aislados.  Para salvarlos hubo que hacer dos cargas, que provocaron muertos y heridos entre los blancos.  La situación había cambiado por completo: ahora eran amenazadas las caballadas cristianas.

Los indios, reagrupados y concentrados, lanzaron un ataque sobre la izquierda de Mitre, y aunque ésta recibió con entereza el choque, luego se dio a la fuga, mientras quedaban tras de sí muertos y heridos.  La huida de estas fuerzas arrastró a todos los escuadrones.  Aquello era un desorden lamentable.  La Infantería, que había sido penosamente formada en cuadro para resistir una nueva embestida india, fue desarticulada por los fugitivos. No obstante, pudo rehacerse, y rompió un fuego cerrado sobre las huestes pampas.  Los indios se acercaron a pesar de ello a vente pasos y llegaron a arrojar bolas perdidas, pero debieron retirarse.

El estruendo de la fusilería espantó a la caballada indígena recién capturada.  Y en el pánico arrastró a la de los cristianos, de modo que lo que quería evitarse se produjo.  Y las tropas al mando de Mitre quedaron a pie.  Era lo peor que podía pasarles: la evidencia de una tremenda derrota…

Mitre evaluó la situación del campo.  Los indios habían vencido.  Había que salvar la situación ahora, rescatar lo que quedara de las fuerzas, acudir al ingenio y al sigilo, para reparar siquiera en parte, lo que el desorden, la indisciplina y la ineptitud de su mando habían destrozado en contados momentos.

Lentamente pudo restablecer los cuadros. Luego, desalojaron al enemigo de una pequeña elevación, y se instalaron allí, suficientemente fortificados.  En el centro colocó las caballadas que pudieron rescatarse.  Los heridos comenzaron a ser atendidos.  Y se dispusieron a esperar la noche, mientras pelotones aislados de indios libraban escaramuzas en las cercanías del campamento.

Los “bomberos” de las tropas de Buenos Aires descubrieron que los indios iban concentrándose sigilosamente.  Quizá tan pronto como rompiera el amanecer iban a descargar su ataque decisivo, para exterminar por completo a las fuerzas blancas.  Mitre esperaba la incorporación de la Primera División del Centro, al mando del coronel Laureano Díaz.  Oía sus cañonazos reiteradas veces.  Pero luego el fuego de artillería cesó, y no halló respuesta a sus propios disparos de llamada.

Pero cuando llegó el día el ataque no se produjo.  El cerco de lanzas aparecía prácticamente cerrado.  Cincuenta mil cabezas de ganado fruto de su robo, pacían tranquilamente en las cercanías.  Los blancos debían comer carne de yegua y buscar febrilmente los manantiales que brotaban de las sierras para beber.

Mitre siguió aguardando inútilmente el apoyo de la Primera División.  Un movimiento en el horizonte le hizo abrigar la esperanza de que llegaba, pero cuando al caer la tarde, regresaron sus “bomberos”, se anotició de la triste realidad: era Calfucurá que venía con sus tropas para reforzar el ataque final contra las fuerzas de Buenos Aires.  Con las tropas porteñas cercadas y desmoralizadas, ahora la retirada era inevitable.  Esa debió ser una triste noche para el entonces coronel Bartolomé Mitre.  Las 50 mil vacas, con sus colas respectivas, que tan arrogantemente había prometido devolver, quedarían allí, sin rescate posible…

Había que acudir al ingenio para salvarse de una muerte segura.  Se usó toda la grasa de potro, derramándola sobre los fogones, para que alimentaran el fuego el mayor tiempo posible.  Se dejaron en pie algunas tiendas de campaña.  Mil doscientos caballos encerraban el cuadro para dar la ilusión de fuerzas preparadas.

El mayor de los silencios cubrió la retirada.  Con las monturas al hombro, y buena parte de la caballería abandonada,  la tropa inició una penosa marcha a pie hasta el Azul.  Sólo quedaban montados dos escuadrones de caballería, para cubrir cualquier ataque de flanco.  Al frente marchaba la Infantería en el centro la Artillería, los heridos y los bagajes.  Las caballadas que pudieron traerse marchaban al costado derecho.  El batallón 2 de Línea cubría la marcha.  No era una huida.  Pero era la más lamentable retirada de que hubiera memoria en la antigua lucha del blanco contra el indio de la pampa…

Silenciosamente, y por el camino más peligroso (y por consiguiente menos vigilado por los indios), avanzaron cinco leguas y media, hasta el arroyo de las Nievas.  Allí consiguieron caballos.  Cuando amanecía hasta el mismo Mitre había venido a pie.  Cada uno tomó un infante y se lo llevó en ancas.  A las 8 de la mañana, llegaba el ejército derrotado al Azul.  Era el 1º de junio.  Doscientas cincuenta bajas festoneaban cruelmente la derrota. 


 

Regreso sin gloria

Mitre siguió de inmediato para Buenos Aires, donde es agasajado por Sarmiento en un banquete, donde el coronel dice: “El desierto es inconquistable”

Mitre disimuló públicamente esta derrota, aunque en los partes no pudo ocultar nada, y el 12 de junio le informa a Obligado: “Para ocultar la vergüenza de nuestra armas he debido decir que la fuerza de Calfucurá ascendía a 600, aun cuando toda ella no alcanzase a 500; así como he dicho que la División del Centro no pasaba de 600, aun cuando tuviese más de 900, dos piezas de artillería y 30 infantes el día que tuvo lugar su encuentro en el que Calfucurá debió quedar destruido…He dicho también que por falta de caballos, pero debo declarar a usted confidencialmente que ese día los tenia regulares…Hasta ahora sabíamos que era un buen partido un cristiano contra dos indios, pero he aquí que ha habido quien haya encontrado desventajoso entre dos cristianos contra un indio.” (Scobie. La lucha.p.132 / JMR.t.VI.p.151).

A esta derrota siguió la de San Antonio de Iraola el 13 de septiembre, que exterminó por completo un cuerpo completo mandado por el comandante Otamendi.

Las consecuencias del contraste fueron funestas.  Durante más de un año, Calfucurá y sus gentes sentaron sus reales en la zona.  El temor cundió por toda la campaña.  Las economías lugareñas quedaron seriamente deterioradas.  La gente temía volver.  Estancias al sur de Tandil se hicieron taperas.  Debió transcurrir todo el año 1855 y parte de 1856 para que los exiliados del Tandil y la Lobería –refugiados en Dolores- se animaran a retornar.  Fue una situación penosa y de graves consecuencias.

Calfucurá inició lentamente su regreso a Salinas Grandes, cuando juzgó que había que dar nueva tregua a los blancos para que apacentaran nuevos rebaños que luego serían robados por los malones. 

Pero la derrota es del indio.  Calfucurá firma la paz en 1857.  Una paz llena de “agachadas” y ventajas para sus posiciones.  La tormenta política estalla en Buenos Aires.  Cepeda se aproxima.  Habrá victorias aisladas, como Sol de Mayo y Cristiano Muerto, en campo de Tres Arroyos, con tropas salidas desde Tandil.  Habrá incluso una expedición a Salinas Grandes, mandada por Granada.  Pero el imperio queda inconmovible. Muchos año, nuevas armas y otros factores, entre ellos el desgaste de la raza mapú, podrán terminarlo.

Pero como un recuerdo fantasmal, la “noche triste” del coronel Mitre quedará definitivamente incorporada a la historia dura y penosa de la Campaña del Desierto aunque se haya pretendido echar y piadoso velo de olvido sobre el desastre que en esa jornada se abatió sobre el joven ministro de Guerra de Buenos Aires.

viernes, 29 de marzo de 2024

Tratados de paz desde la campaña de Rosas a la de Roca

 Entre los pehuenches y Mendoza (1851).

Entre Buenos Aires y Catriel y Cachul (1856).

Entre el gobierno nacional y José María Bulnes Yanquetruz (1857).

Entre los pehuenches y Mendoza (1862).

Entre el gobierno nacional y Sayhueque (1863).

Con Mariano Rosas (1865).

Con Calfucurá (1866).

Con las tribus tehuelches (1866).

Con Renquecurá (1866).

Con Limonao (1870).

Entre los pehuenches de Mendoza y Chile (1870).


Entre los caciques Catriel y Calfuquir, con el comandante de la frontera sud, Coronel Francisco de Elias (1870).

Entre el gobierno nacional y los ranqueles (1870).

Entre el gobierno nacional y los ranqueles (1872).

Entre el gobierno nacional y Ñancucheo (1872).

Convenio entre los pehuenches de Mendoza y Chile (1872).

Entre el gobierno nacional y Pincén (1873).

Entre el gobierno nacional y los pehuenches (1873).

Entre el gobierno nacional y Foyel, Lauquen y Chuquinchano (1873).

Entre el gobierno nacional y Catriel (1875).

Convenio con Manuel Grande (1876).

Entre el gobierno nacional y los ranqueles (1878).

Entre el gobierno nacional y los caciques del Neuquén (1878).

martes, 16 de enero de 2024

Monumento a Julio A. Roca

En el Centro Civico de Bariloche, en la plaza "Expedicionarios al desierto" recubierta de piedra laja, sobre un pedestal de roca se alza la estatua del General Julio Argentino Roca montado sobre un caballo y mirando hacia el lago Nahuel Huapi. Esta obra fue realizada por el escultor argentino Emilio Jacinto Sarniguet. Por el trabajo cobró 18.000 pesos moneda nacional, que se los pagaron en cinco cuotas.

La estatua de bronce pesa alrededor de 2.000 kilos. En mayo de 1940 se levantó el pedestal en el centro de la plaza seca. Se decidió inaugurarla el martes 14 de enero de 1941, en la plaza de Expedicionarios al Desierto, que en un principio se iba a llamar Plaza de la Conquista del Desierto. Según la municipalidad el monumento con su pedestal es una pieza de una fundición en bronce casi única en el mundo. Además, actualmente se encuentra en un punto de deterioro que en poco tiempo sería irreversible.


jueves, 21 de diciembre de 2023

Campaña al desierto (reorganizacion de tropas) 1882

 Por Decreto de fecha 28 de Marzo de 1882, se dispuso la reorganización y agrupamiento de las tropas:  

2° División del Ejército que ocupaba la línea de los ríos Negro y Neuquén.  

3° División del Ejército encargada de ocupar La Pampa central, donde ejercería las funciones de Vigilancia y Seguridad, entre los límites de Buenos Aires,    Córdoba y San Luis y los ríos Colorado y Chalileo.


Estas incluian (detalle a continuacion):

2° DIVISION (ríos Negro y Neuquén) al mando del General D. Conrado Villegas con el Comando en Choele Choel:

   -I° BRIGADA (Fuerte 4) al mando del Teniente Coronel D. Saturnino Torres:

       Batallón 12 de Infantería al mando del Sargento Mayor D. Carlos E. Donnell, perteneciente al Regimiento de Infantería 2.

       Regimiento de Caballería 3 al mando del Sargento Mayor D. José S. Daza.

       Regimiento de Caballería 11 al mando del Teniente Coronel D. Manuel Ruibal.


  -II° BRIGADA (Fuerte General Roca) al mando del Teniente Coronel D. Enrique Godoy:

       Batallón 2 de Infantería al mando del Teniente Coronel D. Benjamín Moritán, perteneciente al Regimiento de Infantería 2.

       Regimiento de Caballería 2 (accidentalmente al mando del Teniente Coronel D. Roque Peitiado).

       Regimiento de Caballería 5 al mando del Sargento Mayor D. Miguel E. Vidal.


 -III° BRIGADA (Fuerte Choele Choel) al mando del Teniente Coronel D. Nicolas Palacios:

       Batallón 6 de Infantería, perteneciente al Regimiento de Infantería 5.

       Regimiento de Caballería 7.

  

3° DIVISION (Pampa central) al mando del General D. Eduardo Racedo con el Comando en Rio Cuarto y luego en Villa Mercedes:


   -I° BRIGADA (Río Cuarto):

       Batallón 4 de Infantería, perteneciente al Regimiento de Infantería 4.

       Regimiento de Artillería 4.


  -II° BRIGADA (Fuerte Victoríca):

       Batallón 10 de Infantería, perteneciente al Regimiento de Infantería 3.

       Regimiento de Caballería 9.


 -III° BRIGADA (Fuerte General Acha):

       Batallón 1 de Infantería, perteneciente al Regimiento de Infantería 1.

       Regimiento de Caballería 1.


En cuanto a la defensa del rio Negro, sobre su margen se encontraban los siguientes fortines (de Oeste a Este):

-Tratayen:situado a unos 80 km de Confluencia y sobre la margen Norte del rio Neuquen. Alli se preparaba la instalacion de una nueva oficina telegrafica.

-Coronel Vidal: sobre el rio Neuquen y a 7 leguas al Nordeste de Confluencia.

-Primera Division: situado en proximidades y al Noroeste de Confluencia.

-Estrategico: construido sobre la margen Sur del rio Negro y frente al comando de la IIº Brigada (General Roca).

-Lagunitas: al Este del fuerte General Roca y a unos 25 km de distancia.

-Fortin Chinchinal: al Este del fortin Lagunitas y sobre la margen Norte del rio Negro.


FUENTE: Cnel. Juan Carlos Walther: “La Conquista del Desierto”, 1948, Biblioteca del Oficial del Circulo Militar.

domingo, 8 de octubre de 2023

Museo Historico del Ejercito Argentino

Sector techado del parque de Artilleria del Museo Historico del Ejercito Argentino. No habilitada su visita, pues se encuentra en proceso de reorganizacion, restauracion y pintura.
Fotografias 29Jul23.













 

lunes, 11 de septiembre de 2023

Fortin Mamuil Malal o Capitan Crouzeilles (1883)

Fue construido en el departamento Huiliches al norte del Lago Huechulafquen, en proximidades del rio Malleo, Neuquen.
Para su instalacion se eligio un lugar de importancia estrategica, junto a uno de los principales y transitados pasos cordilleranos, que conduce a Villarica, Chile.
El sitio fue declarado Lugar Historico por Decreto Nº 8729 del 15 de setiembre de 1943.

Denominacion
El primer nombre corresponde al del paraje donde fue ubicado, es decir, el valle de Mamuil Malal. Su etimologia nos lleva a las palabras araucanas "mamul" o "mamuell": madera, y "malal" por corral "corral de palo a pique". El segundo en cambio le fue impuesto a propuesta de la comision que lo fundara, en homenaje al capitan don Emilio Crouzeilles, que junto con el Teniente Lezcano, rindiera su vida en cumplimiento del deber, el 6 de noviembre de 1882, en el combate de Pulmari.

Los fortines situados en "Mamuil-Malal" y "Huefchu-Lauquen" tienen las dimensiones siguientes: 15 metros de largo por 10 de ancho, para construccion de ranchos para oficial y tropa, con dos baluartes de 2,50 metros de altura.
Un corral de 15 metros por 15, de palos a pique, a cada lado del fortin. La parte ocupada por los ranchos es separada de estos por una palizada de gruesos pinos. Todo esto rodeado por una zanja de 2,50 metros de ancho por 1,50 metros de profundidad, teniendo cada fortin, puente levadizo.
 

sábado, 19 de agosto de 2023

Sherman en Navarro

Sherman M4 "repotenciado", ubicado en una plaza de la localidad de Navarro, Pcia de Buenos Aires.
Fotografias 19Ago23.



 

viernes, 18 de agosto de 2023

Dia de la especialidad de Baqueano

En nuestro país, se conoce como baqueano a aquella persona que posee profundos conocimientos del campo, sus caminos, senderos, accidentes geográficos, fauna y flora.

En el Ejército Argentino, los baqueanos se desempeñan en unidades de montaña y de monte, y son quienes tienen la responsabilidad de reconocer y memorizar caminos y senderos que les permitan guiar a las tropas hacia un determinado destino.

Se destacan por su conocimiento y aptitudes para la vida en campaña, y por su destreza en el amansamiento, adiestramiento y manejo del ganado. Conocedores de los cursos de agua y del ambiente geográfico donde desarrollan sus actividades las fracciones a las que pertenecen, los baqueanos tienen también la responsabilidad de transmitir sus conocimientos al resto del personal para favorecer así la adaptación del soldado al ambiente geográfico en el que opera.

La experiencia y el detallado conocimiento de los diversos terrenos de nuestro país testimonian su baquía y le confieren al soldado baqueano de monte o montaña la condición formal y también cultural de guía en el terreno.

A su vez, son expertos en el cuidado del ganado de la unidad en la que operan, ya que saben de los mejores lugares de pastaje y agua segura para mulas y caballos.

En la montaña, su trabajo permite que las tropas transiten por sendas seguras, gracias a su conocimiento de cada pirca del camino, cada huella o picada apta para desplazarse a lomo de mula, a caballo o a pie.

De esta forma, el conocimiento detallado del lugar dotará al jefe de las herramientas necesarias para la toma de decisiones, y evitará esfuerzos innecesarios que afecten la capacidad de combate de las fracciones.

Por su parte, en el monte, la experiencia en senderos y barrancos, rodeados de abundante vegetación y cursos de agua, permite al jefe ubicar a sus efectivos en terrenos ventajosos para el combate y planificar operaciones complementarias.

 

domingo, 30 de julio de 2023

Batalla de San Carlos (fuerzas enfrentadas)

 El Ejército Argentino 

· Batallón de Infantería de Línea Nº 5, con 95 hombres y una pieza de artillería al mando del Teniente Coronel Nicolás Levalle. 

· Batallón de Infantería de Línea Nº 2 con 170 hombres con el Sargento Mayor Pablo Asies al frente. 

· Regimiento Nº 5 de Caballería de Línea con 50 hombres a cargo del Mayor Echichury y Plaza. 

· Regimiento Nº 9 de Caballería de Línea con 50 hombres al mando del Teniente Coronel Pedro Palavecino. 

· Guardias Nacionales de 9 de Julio bajo el comando del Capitán Núñez con 150 hombres. 

· Guardias Nacionales de Costa Sud dirigidos por el Teniente Coronel Francisco Leyría con 170 hombres, 800 guerreros de la Tribu aliada del Cacique General Cipriano Catriel con 800 guerreros. 

· Tribu amiga del Cacique General Coliqueo con 140 guerreros. 

· A estos efectivos hay que sumar los del servicio sanitario de las fronteras oeste y sur dirigidos por los cirujanos Juan M. Franceschi y Eduardo Herter, respectivamente. 

· En total 1.525 hombres aproximadamente: 165 infantes de línea, 100 hombres de caballería, 320 Guardias Nacionales y 940 indios aliados. 

En cuanto al equipamiento de los mismos era variado. La Infantería llevaba las carabinas Merrol a fulminante y Rayada a fulminante, sable bayoneta y machetes. La Caballería estaba provista con carabinas rayada y lisa a fulminante, sables y lanzas. Los indios amigos portaban lanzas, cuchillos, boleadoras y algunas carabinas. 

Tanto la Infantería como la Caballería llevaban chaquetas de brin, pantalones del mismo material y kepís. El primer arma calzaba botas o pantorrilleras de cuero con botín y la segunda botas. La vestimenta de los Guardias Nacionales era provista por los medios de cada uno de sus integrantes por lo que era muy heterogénea. Los indios amigos tenían un vestuario rudimentario que variaba según las posibilidades y posición social del propietario del mismo. La calidad de las caballadas a disposición de las fuerzas nacionales era en general buena, pero la agotadora marcha hasta San Carlos hizo que los animales se fatigaran excesivamente teniendo este hecho especial influencia para el desarrollo de las operaciones finales de la batalla. 


Ejército de Calfucurá 

En total, el cacique chileno logró concentrar en San Carlos alrededor de 3.500 guerreros bajo su mando supremo. En el momento de la batalla los dividió en cuatro grupos, tres de ellos con 1.000 hombres cada uno al frente de los Caciques Renquecurá, Catricurá y Manuel Namuncurá y el cuarto con 500 con Mariano Rosas que actuó como reserva. Todos montaban a caballo siendo la calidad de los mismos excelente, como era común entre los indios. 

El armamento era bastante rudimentario, la lanza era el arma más usual, hecha en general con caña tacuara elegida por su flexibilidad, la punta de las mismas podía ser de piedra o metal. Otras armas de uso generalizado eran las boleadoras, utilizadas para enredar las patas del caballo del rival o para golpear al oponente con ellas en el combate cuerpo a cuerpo. También se utilizaban cuchillos de diversos materiales. 

La vestimenta dependía de las posibilidades del usuario aunque en general era pobre, andando semidesnudos cubriéndose con algunas pieles y una vincha para sujetarse la larga cabellera. Sobre el lomo de los caballos se ponía una manta o jerga para protegerlo. Como puede verse el equipamiento de los indígenas era sumamente liviano lo que les daba una gran agilidad sobre todo para escapar ya que en general evitaban el combate salvo que consideraran que eran superiores al enemigo. 

martes, 25 de julio de 2023

Dia de la especialidad de Conductor Motorista

Día del Conductor Motorista y su patrono, San Cristóbal de Licia. Especialidad, nacida en el año 1938.

Hacia fines de los años 40, la Escuela de Tropas Mecanizadas asumió la formación de los conductores motoristas, responsabilidad que finalmente, en 1953, recayó en la Escuela de Suboficiales “Sargento Cabral”.
El conductor motorista asegura la logística y el abastecimiento de material. Además, hacen que sea posible el transporte de los equipos y las comunicaciones para todo desplazamiento del Ejército.


 

jueves, 6 de julio de 2023

General Conrado Villegas

Este gran General del Ejército Argentino, de cuna uruguaya, nació en Tala, Departamento de Canelones en la República Oriental del Uruguay, el 3 de febrero de 1841. Fue bautizado el día 16 de ese mes como Blas Excelso del Corazón de Jesús, según acta de Bautismo. Su nombre, siempre fue Conrado Excelso. Sus padres, Octaviano Villegas (uruguayo) y María Lemus (brasileña), tuvieron seis hijos varones.

Conrado es llevado por su padre en 1846, a los 5 años de edad junto con otro de sus hermanos, llamado Miguel, a  casa de su tío Cesáreo Villegas, en La Unión, ubicada en cercanías de Montevideo.

Estudia en el Colegio de La Unión y sus tíos Cesáreo y Felisa completaron su formación espiritual como si fueran sus padres. Al recibirse de bachiller, sus tíos lo colocan como empleado de comercio; trabajo que realiza hasta su llegada a Argentina.

Conrado se presentó ante las autoridades Militares argentinas entre el 15 y 19 de agosto de 1862. Es incorporado el día 21 como Clase de la 1º Compañía del 1º Escuadrón de Artillería, en Buenos Aires. Contaba con 21 años de edad.  Tres meses después, el 28 de noviembre, es ascendido a Portaestandarte de su batallón.  Al año siguiente, el 10 de noviembre de 1863, es ascendido a Teniente 2º de la Segunda Compañía; 2º Escuadrón de Artillería.

En mayo de 1864, presta servicios al mando de un piquete de Artillería en la Isla Martín García. Estará en esta isla hasta el mes de julio.  El 4 de octubre de 1864 es ascendido a Teniente 1º.

Al año siguiente al desatarse la guerra con el Paraguay, Conrado se desempeñaba en el laboratorio de Mixtos del Arma de Artillería y es transferido a su batallón.  El 25 de mayo de 1865 participó en la toma de Corrientes, apoyando con artillería la agrupación Paunero; por lo que es condecorado con la Medalla del Ejército Argentino en conmemoración a su loable acción.

Luego de estar destacado en varios campamentos, intervino el 17 de agosto de 1865 en el combate de Yatay, recibiendo una condecoración del Gobierno Uruguayo.  El 18 de setiembre las fuerzas paraguayas se rinden en Uruguayana ante las fuerzas aliadas.  Recibió Conrado la medalla otorgada al valor por el Gobierno de Brasil. Esta es la tercera condecoración que obtenía por su acción.

Prestó servicios, luego de este combate, en varias guarniciones de esa región. El 2 de mayo de 1866 participa en la acción de Estero Bellaco y el 24,del mismo mes, tomó parte en el combate de Tuyutí, siendo condecorado por el Gobierno Argentino, con la especial condecoración conocida como “los Cordones de Tuyutí”.  También participó en  los combates de Yataití-Corá, Boquerón, y Tuyutí. En su legajo personal no se menciona que haya actuado en la batalla de Curuzú, pues permaneció en retaguardia en Tuyutí.

La enfermedad que padecía Conrado hizo crisis. El 28 de febrero de 1867 se informa al Inspector General de Armas la licencia que concedía desde el 15 de ese mes al  Teniente 1º Conrado Villegas y que lo autorizaba a “bajar” a Buenos Aires.  Ya no volvería a combatir en esta guerra, razón por la cual no recibió el Escudo de Curupaity, ni la medalla de la finalización de Campaña concedida el 7 de noviembre de 1871.

Debido a su estado de salud los médicos lo hicieron quedar en Buenos Aires. Regresó el 22 de marzo de 1867 a la Guarnición Buenos Aires, pero a los dos meses solicitó el retiro del Ejército en Operaciones, “por enfermedad contraída en servicio”.

El 1º de setiembre estando en campamento general de Tuyú-Cué, le es concedida la baja por orden superior. El 23 de ese mes, a pesar de estar de baja, por sus antecedentes es ascendido al grado de Capitán.

Viajó al Uruguay, en febrero de 1868, alegando “razones de familia” pidiendo licencia para el traslado a ese punto. También solicita se le de la baja con “goce y uso de uniforme” en razón de sus años de servicios y la naturaleza de los mismos.  Se excusa de no presentar la documentación correspondiente, por haberla perdido en la batalla de Yatay.  El Comandante Joaquín Viejobueno, ratifica las afirmaciones de Conrado.

En el mes de mayo, el Ejército le concede la baja absoluta por “razones de salud” y la separación de servicio con “uso de uniforme”.

Al llegar el mes de noviembre de ese año, Conrado solicita ser reincorporado al Ejército por estar repuesto de la enfermedad. Es reincorporado y lo destinan a la Frontera Este y Sudeste de Córdoba; siendo destinado a la Plana Mayor y Detall de la Guarnición Río Cuarto, a las órdenes del Coronel Lucio V. Mansilla.

Cambió de Arma en abril de 1869 y es incorporado al Regimiento 2º de Caballería de Línea, prestando servicios en el fuerte Tunas (Cba.) hasta el mes de octubre. En noviembre pasó al Fortín Arredondo. El 2 de noviembre es ascendido a Jefe de Fortín con el grado de Sargento Mayor, otorgándole un aumento de sueldo. Cobraba $ 55 mensuales.

Al producirse la revuelta de López Jordán, el Regimiento 2º de Caballería se integró a la Segunda División y participó del combate de El Quebracho, el 17 de setiembre de 1870, donde Villegas fue herido de un sablazo en la cabeza y varios lanzazos por salvar las tropas a sus órdenes. Por las heridas que había recibido se agravó su estado en el mes de febrero de 1871 y se traslada en “uso de licencia” a Uruguay, para reponerse.

En marzo ya repuesto vuelve al país y es destinado a la Guarnición de San Nicolás de los Arroyos.

En abril regresa al Regimiento 2º de Caballería en la frontera, en el Fuerte General Lavalle Norte o Ancaló; (hoy partido de General Pinto en la Pcia. de Buenos Aires).-

El 5 de mayo de 1871, bajo las órdenes del Teniente Coronel Maldonado, Villegas a cargo de un Batallón del Regimiento 2º de Caballería, ataca a los “Ranqueles”, en las cercanías de la laguna “La Picaza”, en lo que fue el primer choque en que intervino contra los indígenas que serían sus tradicionales enemigos.

Continuó durante los meses de mayo a diciembre haciendo una intensa campaña de patrullaje y reconocimiento del desierto. En el mes de diciembre, Villegas vuelve a Buenos Aires para atenderse en el Hospital Militar.

En febrero de 1872, en el fuerte Gral. Lavalle Norte, Villegas salió en persecución de una partida de ranqueles que habían invadido el sur de Santa Fe. No los encontró y por las informaciones que recibió, los indígenas habían regresado al desierto. Ordenó regresar al fuerte, motivo que no agradó al Coronel Borges –Jefe del Fuerte- y Villegas es sancionado en forma “reservada”.

Conviviendo con sus soldados y participando por igual con ellos de sus éxitos y fatigas, obtuvo fama de muy bravo entre los bravos, “el Tigre Villegas” le decían sus soldados y “muy toro” los indígenas.

En reemplazo del Tte. Coronel Timote, Villegas es ascendido a Jefe del Regimiento 3 de Caballería, destacado en el Fuerte General Lavalle Norte, el 12 de febrero de 1873.  Asumía así la Jefatura del que sería su orgullo y del cual dijo: “…con el 3 , basta para limpiar la pampa de indios…”.

En junio de 1873, López Jordán realizó otra levantamiento. Conrado Villegas traslada el Regimiento 3º de Caballería hacia Entre Ríos apoyando a las tropas nacionales. En “Las Juntas de Atencio”, Villegas con el regimiento a su mando atacó a las tropas jordanistas dispersándolas rápidamente.  Para los primeros días del mes de diciembre, luego de haber permanecido en Paraná; Villegas y su tropa vuelven hacia Junín en la frontera del desierto.

En abril de 1874, Conrado es nombrado Jefe Interino de la Frontera Norte en reemplazo del Coronel Borges. En octubre, intervino en el combate de “La Verde”, en ocasión de la Revolución de Mitre, siendo su acción merecedora del ascenso al grado de Coronel, en el mismo campo de batalla por el Presidente Sarmiento y queda como Jefe de la División Norte de Buenos Aires, en diciembre de 1874. En este mes también, Conrado, había reunido en Junín una caballada de unos 6.000 animales, (formaban parte de confiscaciones, donaciones y rescates), de los que Conrado eligió 600, todos tordillos claros, para tenerlos de “caballo de pelea” en el Regimiento 3º. Así nacieron los famosos “Blancos” de Villegas.

En marzo de 1875, es nombrado el coronel Villegas Jefe de la Frontera Norte. Desde ese momento intervino en muchas acciones de guerra contra los indígenas. El 26 de enero de 1876, Villegas y su Regimiento combaten contra una coalición de indígenas de Namuncurá, Baigorrita, Pincén e indios chilenos y ranqueles que invadieron Tapalqué. Obtiene, con sus tropas, la felicitación del Presidente de la República por esa acción.

El ministro Alsina, en marzo de 1876, reúne en Olavarría a los Jefes de las fronteras de Buenos Aires, Villegas entre ellos, para el avance total de la Frontera. De acuerdo a las órdenes recibidas la División Norte al mando del coronel Villegas debía avanzar hacia Trenque Lauquen, quedando a elección de Villegas el fundar una población en Las Tunas, Trenque Lauquen, o en el área de Sanquilcó y Las Tunas. Para el 22 de marzo, Villegas inicia la marcha hacia el desierto, de acuerdo al Plan del Ministro Alsina, con el Regimiento 3º de Caballería, 2º de Infantería, los Guardias Nacionales de Junín y un piquete de Artillería.

El 26 de marzo levanta el Fortín Timote (hoy ciudad ) dejando 10 hombres de guarnición. Luego de algunos días de marcha, alcanzan los médanos que rodean la “Trenque Lauquen” el 12 de abril a las 17, 23 hs. y tomó posesión del territorio enarbolando la bandera patria y saludándola con una salva de 21 cañonazos.

En todo el trayecto desde el Fuerte Lavalle Norte hasta Trenque Lauquen, no se encontró la División Norte con ningún indígena asentado en el territorio recorrido. Ya estaban viviendo en el actual territorio de la Pcia. de La Pampa.

En el mes de junio, el día 10, en cercanías del actual pueblo de Fortín Olavarría, tuvo un encuentro con los indígenas, del que salió vivo por milagro: con diecisiete lanzazos en su espalda llegó abrazando el cogote de su caballo a la Comandancia.

En los primeros meses de su llegada, Villegas mostró otra faceta de la militar, el de colono y capataz, agregada a la de administrador. Trabajaba en todo y con todos, levantando ranchos, haciendo el adobe, sembrando alfalfa, verduras; preparando corrales, etc.. Al poco tiempo se cosechaban los primeros tomates de la región.

En abril de 1877, escribe un informe al Inspector General de Armas, Cnel. Luis María Campos, en el que describe la población y sus alrededores al final del primer año de ser levantada.

Organizó una Orden General, de 44 artículos reglamentando el servicio en los Fortines, que fue tenida por modelo.

Siendo la Frontera de la División Norte la más extensa de la Línea de Alsina, fue la única que terminó en su totalidad la traza de la famosa “zanja de Alsina”.

El 21 de enero de 1878, contrae enlace con Carmen Granada Blanco, su novia, siendo su madrina Carmen Blanco de Granada y padrino, don Carlos Casares, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

Durante el mes de noviembre de este año, de acuerdo a las órdenes recibidas del nuevo Ministro de Guerra, Gral. Julio A. Roca;  organizó un ataque a Pincén sobre el frente Trenque Lauquen-Yapenque-Lincachu-Luan Lauquen, en el que es tomado prisionero el cacique Pincén por el Mayor Rafael Solís.

Villegas informó a la superioridad sobre la captura de Pincén y de otros dos capitanejos, 17 indios de lanza, 54 de chusma,  y del rescate de 12 cautivas y algunos cautivos hombres;  murieron en la batida 5 indígenas. Solicita Villegas también, que Pincén quede en esta comandancia, por ser la manera más eficaz de que los indígenas se entreguen en paz. Comentó en su carta que Pincén le pedía ser su amigo y luchar juntos para sacar a los indígenas chilenos que habían invadido esta región desde hacía varios años.

A fines de noviembre, Villegas ordena al Mayor Sosa que con 100 hombres del Regimiento 3 de Caballería y un grupo de “indios amigos”, avance sobre Pueya-Picún-Lauquen, por lo que se consiguió tomar prisioneros a 2 capitanejos, 21 indios de lanza, 114 de chusma, 7 muertos, y se recobraron 120 caballos y yeguas y una punta de ovejas.

El 6 de diciembre de 1878, Villegas envía a Pincén a Buenos Aires, en calidad de detenido, debido a la insistencia del Gral. Roca

A finales de ese mes y como consecuencia del buen trato que Villegas le dio al cacique Pincén, se entregan prisioneros Nahuel Payún y Pichi Pincén con 7 capitanejos, 52 indios de lanza, 157 de chusma. Se rescataron a cuatro cautivos “huincas”.

Para el 9 de abril de 1879, la División Trenque Lauquen, denominada ahora Segunda División del Ejército Expedicionario, parte de Trenque Lauquen hacia Carhué para el continuar con el avance hacia el Río Negro, acatando las órdenes superiores del gobierno.

En Carhué, el Gral. Julio Roca informa a Villegas que quedan bajo su responsabilidad como Jefe de Regimiento 3º de Caballería y jefe de la 2º División del Ejército Expedicionario; agregándole el cargo de Jefe de Estado Mayor del Ejército Expedicionario.

El 9 de mayo, Conrado Villegas con sus hombres, a 30 km. a la vanguardia de las Fuerzas Expedicionarios,  fueron el primer cuerpo  que arribó a las costas del Río Colorado. El día 13 de mayo, alcanzan el Paso Alsina por donde se cruza el Río Colorado. El general Roca, a retaguardia de la División de Conrado, dispone una nueva organización del Ejercito Expedicionario, estableciendo que las fuerzas de Trenque Lauquen, Puán y Fuerte Argentino tomaran el nombre de Brigadas por su orden numérico, las que se ponían bajo las directas órdenes del Coronel Villegas.

El 22 de mayo, el Gral. Roca elige la Primera Brigada, comandada por Villegas, para acompañarlo en el cruce del Río Negro a la vanguardia de las fuerzas.

El 24 de mayo, la avanzada de la vanguardia, formada por 25 hombres a las órdenes del Teniente Coronel Fotheringham, divisa el Río Negro.

El día 2 de junio, el general Julio Roca con 100 hombres y una Banda de Infantería, continúa el avance hacia la confluencia del Río Neuquen con el Limay, a la cual alcanza el 11 de ese mes. Entretanto Villegas permaneció en el Campamento Choele Choel con el resto de las Fuerzas.

A fines de mes, el general Roca reorganiza las Fuerzas de la nueva frontera designando a Conrado Villegas Jefe de la 1º Brigada de Caballería formada por los Regimientos 1º y 3º de esa arma. Simultáneamente, otorgó a Villegas la Jefatura Militar de Río Negro y Neuquen.

El 9 de julio de 1879, ante los Regimientos 1º, 2º y 6º de Infantería y 1º,3º y 11º de Caballería y un Escuadrón de Artillería, funda el pueblo Nicolás Avellaneda, hoy Choele Choel.

Villegas se dedicó a recorrer el área sur del Río Colorado, desde Choique Mahuida a la Auca Mahuida.

Desde Choele Choel, escribe a varios caciques que recibían sueldos de gobernador chilenos, especialmente a Sayhueque, que era indígena argentino, explicándole las conveniencias de no oponerse al avance militar para evitar un trágico fin de las tribus.

Festeja el día de la patria, 25 de mayo de 1880, a orillas del Río Negro leyendo a las tropas una orden general sobre la necesidad de unirse todos los argentinos bajo la bandera de la Patria y sus Héroes.

Para el 14 de junio, de acuerdo a órdenes superiores, a bordo del Villarino zarpa de Carmen de Patagones hacia Buenos Aires con los integrantes de las tropas de la División Río Negro y Neuquen. Desembarca cuatro días después en San Fernando. Había sido llamado por la revolución de Carlos Tejedor, pero al llegar ya había sido sofocada por las tropas leales al gobierno.

El 9 de julio de 1880 el Senado de la Nación asciende a Conrado Villegas a Coronel Mayor.

Desde  Choele Choel, en marzo de 1881, Villegas acompañado por fuerzas de la 3º Brigada, cruza el Río Negro y marcha hacia el Lago Nahuel Huapi. Llegaron el 10 de abril, y desde las márgenes del Lago Nahuel Huapi, revista las tropas de la 1º, 2º y 3º Brigada y lee una proclama en la que evoca a los Ejércitos Libertadores, previo izamiento de la bandera patria. El día 16, acampaban a orillas del lago, Villegas acompañado por Wintter y el Tte. Coronel Suárez, recorren en lancha el Nahuel Huapi, en lo que fue la primera vez que una embarcación de bandera Argentina surcaba el Lago.

El 15 de junio llegaba a la ciudad de Patagones a bordo del barco “Río Negro” siendo recibido con gran júbilo por la población ante el éxito de la campaña al gran Lago.

Entre los años 1881 y 1882 efectuó varios viajes a Buenos Aires. En marzo de 1882, el Presidente Roca, organiza la Segunda División del Ejército con los cuerpos de ocupación del Río Negro y Neuquen bajo el comando de Conrado Villegas.

En julio de 1882, Villegas en Patagones realiza un nuevo plan para perfeccionar la ocupación de 1881, la que sería denominada: Campaña de los Andes al Sud de la Patagonia.

El 3 de noviembre de 1882 es ascendido a General. En Choele Choel, da instrucciones a los jefes de las tres Brigadas para iniciar las operaciones de acuerdo al nuevo plan. Así, el 22 de ese mes, parte la 1º Brigada al mando del General Villegas hacia el Limay y el Neuquen. Llegan a Ñorquín el 6 de diciembre. Desde este sitio, Villegas parte hacia el campamento de la 3º Brigada en las nacientes del Río Aluminé. Luego parte hacia el campamento de la 2º Brigada. Desde Nahuel Huapi, felicita a la 3º Brigada por el triunfo en el combate de Apulé.

El 20 de marzo de 1883 emite una orden general a los Jefes de las Brigadas con disposiciones para consolidar la ocupación lograda en esa campaña.

En Junio, ya su cuerpo está totalmente débil, Villegas llegó a Patagones para asistir su salud. El Presidente Roca ordena que sea trasladado urgente a Buenos Aires a bordo del “Villarino”; fue recibido en el Puerto de la Boca, en Buenos Aires por una gran multitud que lo vivaba, y lo acompañó hasta el Círculo Militar.

Es tratado, en su domicilio de los Altos de Parissé, por el cirujano Mayor del Ejército en 0ctibre de 1883. Por razones de salud no volverá ya más al frente. En el mes de febrero de 1884, pareció haber mejorado su salud, y viaja al Uruguay para estar junto a familiares y amigos. Se agravó su estado y tuvo que interrumpir su estadía en aquel país.

El Presidente Roca se ocupó personalmente de hacer todo lo posible para salvar la vida de Conrado. Le concedieron licencia para trasladarse a Europa, en abril de 1884, con el objeto de curarse la enfermedad contraída en servicio. Viajó acompañado por su esposa y un asistente, el Tte. 1º Laurentino Vigil. La licencia acordaba retención y goce de su cargo de Jefe de la Segunda División. Se embarcaron rumbo a Burdeos el día 22 de abril. En Montevideo no pudo bajar a tierra por el estado de salud.

Se agravó su estado de salud y debieron hospitalizarlo en Pernambuco hasta el 14 de junio. Se mejoró y continuó el viaje hacia Francia. Llegó a Burdeos el 6 de julio.

En París se alojó en el Gran Hotel de Malta, Rue Richelieu Nº 63, el 18 de julio. El Ministro argentino, Mariano Balcarce se ocupó personalmente de Conrado, por ser un ilustre paciente y el mismo trato recibió de la colectividad argentina en esa ciudad.

Es atendido por un grupo de especialistas junto al profesor Brocca . Todos volcaron todos sus esfuerzos y los últimos adelantes científicos para mejorar la salud de Conrado, pero fue en vano. A los médicos franceses les asombró que hubiera podido sobrevivir a las 54 heridas de arma blanca que reconocieron en su cuerpo.

El 26 de agosto de 1884, a las tres de la mañana, moría Conrado Villegas a la edad de 43 años. El diagnóstico fue “”coeur de bouef”: hipertrofia del corazón por excesos de esfuerzos.

El 30 de mayo de 1885, llegaron los restos del General Conrado E. Villegas a Buenos Aires, siendo depositados en el Panteón Militar del cementerio del Oeste. En julio de 1909, los restos de Villegas son trasladados al Cementerio Norte y depositados en la bóveda del Tte. Gral. Nicolás Levalle.

El 25 de agosto de 1945, los restos del fundador llegan a Trenque Lauquen en medio del fervor de toda la ciudad. En el atrio de la Iglesia Ntra. Sra. de los Dolores reposan  en un mausoleo los restos de Conrado E. Villegas y su esposa Carmen Granada.


 Fuente

Cabeza Miró, Patricia – General Conrado Excelso Villegas – Nuestro Fundador.

Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado.

Mayo, José F. – Un Titán del Desierto – – Año 2003 – Ed.: HCD Pcia. de Bs. As. Derechos de Autor  Expte. Nº 552553.


 Fuente y agradecimiento:  fuente: www.revisionistas.com.ar


lunes, 26 de junio de 2023

Museo Historico del Ejercito

Fotografias de los nuevos vehiculos blindados de la familia AMX13, que ampliaron la muestra del sector.
Las caracteristicas de los mismos se encuentran en dichas tomas, acompañando cada modelo.
Fotografias 24Jun23.








 

lunes, 15 de mayo de 2023

Sherman BAL Salta

Sherman repotenciado ubicado en la rotonda frente a la Base de Apoyo Logistica Salta.
Fotografias, gentileza Jose Soria. 10May23.


 

miércoles, 10 de mayo de 2023

Sherman en Salta (I)

Sherman M4 expuesto en la plaza del Monumento 20 de Febrero, centro de la ciudad de Salta.
Fotografia: gentileza Jose Soria 10May23.


 

lunes, 8 de mayo de 2023

Batalla de San Carlos (monolito)

Monolito que recuerda dicha batalla, ubicado en el paraje Los Cuatro Vientos, inaugurada el 13 de octubre de 1935, a unos 15 kilometros de la actual ciudad de San Carlos de Bolivar.
Fotografias 05May23.



 

jueves, 16 de marzo de 2023

Regimiento de Granaderos a Caballo (aniversario)

Se cumple hoy, un aniversario mas de su creacion.