sábado, 2 de julio de 2022

Expediciones finales

 A fines de 1883 y comienzos de 1884 comenzaron las operaciones finales contra los salvajes, enfermo y cargado de cicatrices, el célebre Toro Conrado Villegas se marchó a Europa para intentar curarse, pero falleció en París el 26 de agosto de ese año. Fue reemplazado en el mando de la 2º Brigada por el general Lorenzo Vintter que se convirtió en gobernador militar de la Patagonia y continuó las acciones en Neuquén y Río Negro. Acosado por el hambre y la implacable persecución de las fuerzas argentinas, el 24 de marzo de 1884 se rindió el cacique Namuncurá con 9 capitanejos, 137 de lanza y 185 indios de chusma. 

Solamente quedaban en pie los restos de las tribus de Sayhueque e Inacayal. Para terminar con ellas, el general L. Vintter envió una nueva expedición, esta vez al mando del teniente coronel Lino Oris de Roa. Partiendo el 21 de noviembre de 1883 de fortín Valcheta con 100 hombres se dirigió hacia el río Chubut que se había unido a otros caciques pero apenas lograba reunir algo más de tres centenares de guerreros. Las patrullas del sargento mayor Miguel Linares y el capitán Manuel Peñoiry continuaron los rastrillajes y las acciones que permitieron nuevas capturas. El 1º de enero de 1884 las fuerzas del teniente coronel de Roa chocaron con 300 indios dirigidos por el cacique Inacayal, quedando 4 de ellos muertos en el campo de batalla, 16 fueron tomados prisioneros. El hostigamiento constante generó nuevas rendiciones, poco tiempo después de la de Namuncurá, se presentó el cacique Maripán con 184 guerreros. Otros centenares se fueron presentando en los días siguientes.

El general L. Vintter dispuso ese mismo año el envío de tres columnas al mando del sargento mayor Miguel Vidal para batir a los indios que quedaban aún escondidos, especialmente en los poco accesibles contrafuertes andinos, logrando la captura de 300 indios. La presión constante dio el resultado esperado, el 1º de enero de 1885 Sayhueque, el último de los grandes caciques se presentó en el fuerte Junín de los Andes junto con 700 lanceros y 2500 de chusma.

El 20 de febrero de 1885 el general L. Vintter escribió al jefe del Estado Mayor General del Ejército, general de división Joaquín Viejobueno:

“En el Sud de la República no existen ya dentro de su territorio fronteras humillantes impuestas a la civilización por las chuzas del salvaje.

Ha concluido para siempre en esta parte, la guerra secular que contra el indio tuvo su principio en las inmediaciones de esa capital el año 1535”.

Las campañas al desierto habían terminado poniendo fin para siempre al azote del malón, a las fronteras interiores, al cautiverio y asesinato de miles de pobladores habiendo asegurando la soberanía sobre la Patagonia pretendida por Chile.




No hay comentarios:

Publicar un comentario