sábado, 9 de octubre de 2021

El combate de arroyo San Gabriel, Acheral

 Después de ese ataque, el gobierno, encabezado interinamente por el Dr. Italo Argentino Luder, expidió el Decreto Nº 2770 por el que se constituía el Consejo de Seguridad Interior presidido por el Presidente de la Nación  e integrado por los ministros del Poder Ejecutivo y los comandantes generales de las Fuerzas Armadas. El mismo establecía la dirección de los esfuerzos nacionales para la lucha contra la subversión, la ejecución de toda tarea que en orden a ello impusiese el presidente de la Nación, el asesoramiento al Poder Ejecutivo en todo lo concerniente a la lucha contra la subversión, la conducción de las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad y Fuerzas Policiales para la lucha contra la subversión y la adopción de medidas y estrategias para aplicar en el campo de batalla. El artículo 4º establecía que la Secretaría de Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación y la Secretaría de Informaciones de Estado quedaban funcionalmente afectadas al Consejo de Defensa y el 5º que la Policía Federal y el Servicio Penitenciario Nacional quedaban subordinados a los mismos fines.

Firmaban el decreto Luder, en calidad de presidente interino de la Nación y los ministros Aráuz Castex, Vottero, Ruckauf, Émery, Cafiero y Robledo.

El decreto dio origen a la Directiva 1/75 “Lucha contra la subversión” impartida en octubre del mismo año, cuyo apartado 5 decía textualmente: “Las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales y demás organismos puestos a disposición de este Consejo de Defensa, a partir de la recepción de la presente Directiva, ejecutarán la ofensiva contra la subversión, en todo el ámbito del territorio nacional, para detectar y aniquilar las organizaciones subversivas a fin de preservar el orden y la seguridad de los bienes, de las personas y del Estado”.

La Argentina estaba en guerra y se aprestaba a responder la agresión. Mientras tanto, el general Vilas ponía en práctica nuevos planes tácticos para cercar a la guerrilla y evitar su fuga, trayendo como refuerzo tropas de Mendoza y Salta.


Sin embargo, el enemigo todavía se mantenía activo y en ese sentido, el 6 de octubre perdió tres hombres al enfrentarse a un pelotón combinado del Ejército y la policía de Tucumán. Pese a ello, al día siguiente montó una emboscada en cercanías del río Los Sosa y atacó un camión militar que todos los días hacía el recorrido entre Tafí del Valle y Acheral, llevando provisiones y armas.

Una treintena de efectivos del ERP se aprestaba a tomar posiciones a ambos lados del camino cuando, repentinamente, tropezaron con una batallón de 14 hombres que en esos momentos patrullaba el área.

A las 18.15, muy cerca de la Ruta Provincial 307, a sólo 5 kilómetros de Santa Lucía, se produjo un choque armado en el que cayeron muertos dos soldados Juan C. Castillo y Enrique Ernesto Gustoni, ambos clase 54, además de un subversivo, mientras dos efectivos del Ejército resultaron heridos.

El ERP, que en su comunicado exageró considerablemente el número de adversarios y la cantidad de caídos, se internó en la espesura, seguido de cerca por la patrulla militar y durante esa segunda fase de la acción, cayeron el comandante guerrillero Jorge Carlos Molina, conocido por Capitán Pablo y el soldado Alfredo Ordóñez.

En la noche del 8 al 9 de octubre el ERP sufrió otro golpe de consideración al perder cerca del Ingenio Santa Lucía a Oscar Asdrúbal Santucho, hermano de Mario y a Manuel Negrín, dos importantes componentes del alto mando guerrillero, abatidos durante el enfrentamiento

El hecho forzó a la guerrilla a levantar el campamento de La Comandancia y solicitar refuerzos en armas y hombres, entrega que se concretaría el siguiente 10 de octubre en el puente del arroyo San Gabriel.

Ese día, cerca de las 13.00, una docena de combatientes llegó al lugar, sobre la Ruta Nacional 38, a 3 kilómetros de Acheral, ignorando que el Ejército había detectado su presencia gracias a la información de dos lugareños que se acercaron hasta el puesto de mando para alertar sobre gente sospechosa que se movía en los cañaverales.


En esos momentos, el jefe de la FT “Ibatín” se hallaba en Santa Lucía reconociendo los cadáveres de Santucho y Negrín, abatidos el día anterior. Informado del hecho (09.30), dio cuenta de lo que acontecía a la superioridad y puso en marcha un operativo para establecer un cerco en torno al enemigo, despachando hacia la zona a sus unidades de combate.

26 efectivos de la FT “Ibatín” llegaron al sector (10.30) seguidos por varios pelotones menores y tres helicópteros UH-1 H (11.00), uno de ellos al comando del subteniente Oscar Delfino, procedentes del puesto de comando de la Finca Garro.

Con las tropas regulares a cubierto, se ordenó a uno de los helicópteros efectuar dos pasadas a baja altura para observar el sector.

El primer vuelo no arrojó resultados, pero el segundo (aparato matrícula AE-412), detectó a dos combatientes agazapados en la maleza (11.38).

La aeronave abrió fuego, sin alcanzar el objetivo y eso dio tiempo a los subversivos para abatir al cabo primero José A. Ramírez, artillero de puerta y provocar serias heridas al capitán Valiente, además de serios daños en el fuselaje y el mecanismo del aparato.

El helicóptero debió efectuar un aterrizaje de emergencia a ochenta metros del lugar donde se hallaban apostados los efectivos del ERP, posándose en la maleza con bastante brusquedad. Su piloto, Oscar Delfino, apagó el motor mientras las tropas regulares cubrían la evacuación del muerto y el herido.

A las 12.00 llegó un segundo helicóptero disparando varios cohetes sobre el cañaveral que desencadenaron un incendio de proporciones.

En esos momentos arribaron a la zona veintiún soldados de refuerzo, provenientes del Puesto de Comando Táctico, quienes, pusieron en marcha un movimiento de pinzas muy bien planificado que permitió cerrar el cerco por el norte y evitando la fuga del enemigo.

A esa altura el enfrentamiento era intenso, con varios muertos y heridos por ambos lados, en especial, el enemigo.

Pasadas las 13.00 llegó un cuarto helicóptero con el general Adel Vilas a bordo, quien aconsejó mantener el contorno mientras hubiera luz, batiendo siempre el sector para desgastar al adversario. La idea era evitar bajas propias y forzar al ERP a tomar la iniciativa.

El combate se prolongó hasta las 17.00 cuando los helicópteros se retiraron y el Ejército inició su avance, adelantando 50 efectivos del Regimiento de Infantería 19 y dejando a otros tantos a retaguardia para mantener el cerco.

El resultado final fueron 12 subversivos y un suboficial de las fuerzas regulares muertos, tres heridos y dos helicópteros averiados.

El comunismo sufrió ese día una terrible derrota al perder una docena de sus cuadros a escasas horas de que dos de sus principales comandantes cayeran abatidos.

Fue el golpe de gracia para las filas de la insurrección y si bien la guerra siguió hasta mediados de 1976, solo se limitó a acciones evasivas por parte de la guerrilla y a misiones de persecución de las Fuerzas Armadas.


Fuente y agradecimiento: Alberto N. Manfredi (h). Operativo Independencia Blog.

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